Me gustaría decir que hasta la semana pasada mi
visión de los certificados de profesionalidad en modalidad de teleformación era
un proyecto interesante para toda aquella gente que no tiene una cualificación
estampada en un diploma y que realmente quiere obtener un título que diga:
"Estoy cualificado para desempeñar …”
Dada la baja cualificación que hay en España,
sobre todo en algunos sectores, Europa ha decido que debemos tener un título
que diga lo que estamos preparados para hacer. Han empezado por el sector socio-sanitario,
es decir, en 2015 todas aquellas empresas que desarrollan su negocio en este
sector deben tener a todos sus trabajadores bien con un título de Formación
profesional o con un certificado de profesionalidad de la rama socio-sanitaria
que corresponda con su función dentro de la empresa. La idea es extenderlo al
resto de sectores poco a poco. Debido a que tras reformas y reformas de las
Leyes de educación, para acceder a una formación profesional o tienes un título
en ESO o realizas la prueba de acceso a dicho grado. La opción de poder
realizar un certificado de profesionalidad dentro de la rama en la que te
gustaría trabajar me parecía una manera eficaz de cualificar a todas aquellas
personas que se han quedado fuera del sistema educativo.
La semana pasada acudí a expoelearning. En una
de las charlas estuvo la responsable del SEPE (organismo que debe validar los proyectos que pueden o no ofrecer certificados de profesionalidad en modalidad de
teleformación), vino a decir que cualquier empresa que quiera presentar un
proyecto para que se lo validen simplemente tiene que subcontratar una
plataforma que cumpla los requisitos y alquilar unos contenidos formativos, con
muy poco más tenemos un proyecto listo para que pueda aprobarse en el SEPE. El
único detalle que nos queda comentar es que hay que llegar a un acuerdo con un
centro de formación que tenga ese certificado de profesionalidad homologado en
modalidad presencial. Es decir, que realmente no necesitamos ningún tipo de
inversión como es un centro de formación propio o alquilado para poder
homologarnos y poder empezar a realizar una formación de estas dimensiones.
Aquí empieza el negocio y no poco. Cuando tocamos
temas formativos o educativos y en lo primero que pensamos es en cuánto vamos a
ganar con esto, creo que se pierde todo el sentido del proyecto. Mi opinión
está clara, si las empresas (o la gran mayoría) que editan los contenidos
formativos o las plataformas para que la formación se pueda desarrollar en
modalidad de teleformación van a validar esos contenidos o esas plataformas
para venderlas directamente tanto a usuarios como empresas. ¿Para qué han
estado invirtiendo los centros de formación en poder homologar espacios para
poder realizar certificados de profesionalidad de manera presencial? ¿Para
ahora dedicarse al arrendamiento de estos espacios? Mi opinión es que se
han cargado el sistema antes de empezar. Vamos a entrar en la guerra de
precios, a ver quién da el certificado más barato, porque no os quepa la duda
que este tipo de certificados las empresas que lo soliciten será por obligación
de cumplir con la normativa que en cada momento marque Bruselas y no para que sus
trabajadores estén mejor formados y por lo tanto mejor preparados para el desarrollo de las labores que se les encomiende.
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